Soy otro de tantos del foro que estuvo en la OJE.
Y como todos, la recuerdo con cariño. Aparte de otras actividades, tuve la suerte de asistir a un campamento de Covaleda, el sancta sanctorum de la OJE.
Me pongo a recordar algunos instantes allí y aún se me pone la carne de gallina. Me viene a la memoria especialmente un ferviente sermón del Pater Fray Pacífico de Pobladura, a la hora en que el sol se estaba poniendo sobre el horizonte y lanzaba sus rayos rasantes sobre el paisaje. Cierro los ojos y revivo la escena como ssi estuviera pasando. Su voz atronaba y el espeso bosque a sus espaldas hacia de pantalla y rebotaba sus palabras en forma de eco. Bueno, aquello mas que un sermon era una arenga. Menudo sacerdote era aquel Fray Pacífico... capaz de conmover hasta a los ateos. Allí estábamos todos aquellos adolescentes: tensos, fervientes, entusiasmados.
Supongo que haber pasado por experiencias como esa, me ha servido para entender mas facilmente la mística con la que tanta gente del SEU y el Frente de Juventudes se alistó para ir a la División Azul. Quienes jamas hayan experimentado como se puede tensar hasta la última fibra del espíritu humano con ideales patrioticos, religiosos, políticos, se sacrificio, de entrega, de heroismo, deben tener muy dificil comprender a los divisionarios y, claro está, de esa incomprensiñon radical nacen tantas estupideces como leemos sobre los motivos de los divisionarios (fueron por hambre, por lavar el pasado, por hacer carrera militar, yo que se cuantas tonterías...) Hay cosas que uno sencillamente no puede entender si no las ha experimentado. La gente mezquina, que solo ha hecho en su vida cosas por interes propio, que jamas se ha sentido partícipe de un sentimiento heroico y colectivo, ¿como va a entender a los divisionarios?
Como es natural, compartí muchas marchas, acampadas, etc., con otros miembros de OJE. Después, cada uno ha ido por su lado. Pero quedó un poso de camaradería. Y si te ves con alguno de ellos, te saludas con afecto y echas unas parrafaditas sobre los viejos-buenos tiempos. Lo de la OJE, como experiencia, es una niñería comparado con la campaña de Rusia, claro está. Pero el ver como se fraguaba y se mantenía una camaradería nacida de andar juntos por el monte y compartir fuegos de campamento con otros chavales también me ha servido para entender los profundos lazos, los estrechos vínculos, que después de tantos años siguen manteniendo los veteranos de la División Azul.
Asi que, en resumen, fue mi paso por la OJE, mas que el paso posterior por el Ejército, el que me permitió comprender la psicologia de los divisionarios.
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