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Dionisio apoya sus comentarios con una marcada expresividad, sintoma de que goza de una vitalidad envidiable.[/center]


A continuación resumo lo que nos ha contado Dionisio García-Izquierdo Sánchez, junto a algún dato sacado de su libro.

Precedentes

Dionisio había nacido en Guadalmez (Badajoz). Hijo de labradores, empezó a trabajar pronto como dependiente de un comercio de su pueblo. Ello le hizo conocer a mucha gente, de su pueblo y los de los alrededores.

En enero de 1936 se incorporó al Regimiento de Transmisiones de El pardo (Madrid) para cumplir su servicio militar obligatorio. En este regimiento estaba cumpliendo también su servicio obligatorio el hijo de Largo Caballero (secretario general del PSOE, y líder de su corriente dominante, partidario de liquidar la república e implantar una "dictadura del proletariado").

Allí tuvo noticias de asesinatos en su tierra, antes del 18 de Julio de 1936, de personas que no habían cometido ningún delito, pero eran "de derechas", o católicos, o "capitalistas". A muchos los conocía, y le indignaba aquella injusticia.

Por eso, cuando el regimiento se eublevó el 22 de Julio, y decidió pasar a Segovia para unirse a los Alzados, Dionisio estuvo totalmente de acuerdo con todo ello.

Durante la guerra, combatió en el bando Nacional, en labores de transmisiones (tanto telegrafía como radio; pero no telefonía).

Al terminar la guerra, se quedó en el Ejército. Era Sargento provisional (o habilitado como sargento) en el mismo Regimiento, en el cuartel de El Pardo. Era una situación bastante habitual, pues el Estado Mayor se vio forzado a paralizar la desmovilización iniciada en abril de 1939 cuando comenzó la 2ªGM.

En esta situación estaba en 1941, cuando se decidió crear la División Azul.
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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

El alistamiento

Todos los días les llegaban noticias (tanto por sus compañeros que habían tenido que hacer algún servicio en Madrid, como por el diario ABC, disponible en el bar de suboficiales) de cómo se iba produciendo el enrolamiento en la División.

Incluso se había formado un Grupo de Transmisiones de la División, que hacía prácticas todos los días en los alrededores de su Regimiento.

A Dionisio le extrañaba que no hubiera una invitación -formal o informal- en su Regimiento para pedir voluntarios.... Pasaban los días, el Grupo de Transmisiones crecía, veían que algunos oficiales formaban parte de él, y ellos seguían sin saber nada.

A él le parecía bien ir a Rusia. La vida en el cuartel era muy rutinaria, y él quería algo de acción. Sus motivaciones: el idealismo de la juventud, el estar acostumbrado a combatir en la guerra, el devolver la visita a los comunistas, el hacer méritos en su carrera militar. Y también la gran simpatía que se respiraba en España hacia Alemania, y el miedo de llegar tarde, cuando ya los alemanes hubieran entrado en Moscú (esta obsesión por entrar en Moscú los primeros la han comentado casi todos los divisionarios que yo he conocido).

Un día comentó con otros sargentos (con los que tenía mucha confianza) que le gustaría ir. Ellos le dijeron que también, y entre todos se animaron.

Como no habían contado con ellos, decidieron tantearlo con un teniente del Grupo de Transmisiones con el que tenían alguna confianza. Esperaron la ocasión, al día siguiente. El Teniente les contestó que hacían falta suboficiales en la División; en cambio, había excedente de oficiales, y que también necesitaban buenos especialistas en transmisiones, que no tenían. Y les dijo que, si querían alistarse, debían notificarlo directamente a la oficina de Mayoría del Regimiento.

Así fue su alistamiento.

Bien. Otro testimonio más que contradice la historia que, de forma intencionada, están inventando otros y queriendo que nos la creamos.

Con este testimonio ¿queda, o no, suficientemente claro que el Ejército no hizo propaganda de la División (no lo necesitaba) y que en muchos regimientos (o quizás en todos) no sólo no les invitaron a alistarse, sino que ni siquiera les informaron oficialmente de qué tenían que hacer para alistarse?

¿Cómo encaja esto con lo que cuentan esos "historiadores" (?) oportunistas o malintencionados, sobre que muchos divisonarios no fueron voluntarios o, al menos, que en los cuarteles se invitó oficialmente a sus integrantes para que se alistaran?.

Porque Dionisio, como todos los divisionarios que he tenido el honor de conocer a lo largo de mi vida, coinciden en esto, y NO MIENTEN.

Una vez alistados los sargentos, formaron parte del Grupo de Transmisiones, y realizaron todas las actividades con dicho Grupo, esperando el momento de la partida.
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La partida y el viaje por España

Les avisaron de cuándo iba a partir su tren.

Fue a despedirles la madrina del Regimiento: Carmencita Franco Polo (la hija de Franco), entonces una adolescente, casi niña.

Les llevaron en camiones desde El Pardo a la estación del Norte.

Sobre la uniformidad, así como a los voluntarios civiles o del SMO se les dio el uniforme color marrón, los militares fueron hasta Grafenwohr con su propio uniforme del Ejército español. El único cambio fue sustituir la gorra de plato por la boina roja, sobre la que pusieron sus distintivos de grado.

Su tren fue uno de los últimos en partir, pero no por ello había decrecido el entusiasmo del público de días precedentes. Allí había una gran muchedumbre, y la representación oficial del Ejército, con su banda.

Subieron a los vagones. Al preguntarle a Dionisio si se mantenía la tradicional división: Jefes y oficiales en 1ª, suboficiales en 2ª y tropa en 3ª, me dice que sí, y que en su vagón recuerda perfectamente que no había oficiales.

Hicieron varias paradas, porque comían y cenaban en las estaciones, donde las autoridades de cada población tenían preparados este tipo de homenajes.

La gente se volcaba con ellos. Recuerda, especialmente, San Sebastián, y el cariño con el que los recibieron. Allí cenaron. Después, un parada breve en Irún, en donde les ofrecieron refrescos, y salieron de España.
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Seguro que se acordaron mucho de la madrinita a su paso por ...Franco-nia y por Polo-nia.




Perdón y un saludo,

Tg19

Realmente Gonzalo y Amenofis no podrían haber planteado mejor el tema del alistamiento.
Aunque en las distintas unidades del Ejército se podrían vivir las cosas de forma algo diferente, mi padre (que también se alistó desde una unidad militar) seguro que hubiese leído con emoción y asentimiento lo expresado por Don Dionisio.

Un saludo,


TG19

La división en el transporte entre oficiales-suboficiales-tropa se mantendría también fuera de España?.
Alguna vez he leído que la Wehrmacht era, en ese tipo de cuestiones, menos "clasista" que el ejército español, aunque exista la tendencia a pensar lo contrario.
A bote pronto no sería más seguro que en las zonas cercanas al frente no fuesen los oficiales juntos en vagones, dado que un ataque podría dejar descabezada más fácilmente a la unidad ?.

Un saludo,

TG19

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Estas preguntas las tenía ya preparadas para las próximas reuniones que tengamos con él.

De todas formas, el clasismo existió y existe en todos los aspectos de la vida. Los que presumen de progresistas, también son clasistas, tanto en lo social como en lo político.... Con mucha más razón en los ejércitos, por su cometido, por su idiosincrasia, y por la mentalidad de los que forman parte de ellos.

Lo que ocurre es que el clasismo se manifiesta de diferente manera en cada cultura y mentalidad.

Por ejemplo, aparentemente el ejército USA es menos clasista que el español. Bueno, pues yo fui en 1971 en dos ocasiones a un club de oficiales en la base de Rota. Y era sólo para oficiales, tanto españoles, como de USA.

El mismo García-Izquierdo dice que se hizo un esfuerzo en la División Azul para asimilar las costumbres alemanas. Y así, en la larga marcha, empezaron haciendo una cola común para las comidas. Dice que la experiencia duró dos días solamente. La razón que a mí se me ocurre es que todos estaban violentos: los oficiales, por hacer cola tras un soldado; los guripas, por no expresarse con libertad ante oficiales y suboficiales...

En cambio, Juan Serrano dice que en los primeros meses, los falangistas se tuteaban independientemente del grado (al menos, hasta el nivel de oficial subalterno). En cambio, me es difícil imaginar a un soldado alemán tuteando a un oficial.

Sobre el saludo, dice textualemnte que "no había exigencia en si le saludaban o no los alemanes en Grefenwohr". Es decir, que él, como sargento, se cruzaba con soldados, y unos le saludaban, y otros no.
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Sobre los trenes, en los desplazamientos que hicieron dentro de Rusia iban todos en vagones de ganado. Pero me atrevo a asegurar que los oficiales iban en vagones separados.

Y sobre los alemanes, si iban oficiales, suboficiales y clases en el mismo vagón (cosa que casi descarto), desde luego que irían en departamentos diferentes, sin mezclarse, para poder hablar con tranquilidad de ciertos temas.

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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

Grafenwohr

El campamento era como una ciudad en pequeño (como una capital de provincia pequeña), con sus calles, cine, teatro,... A poca distancia (quizás, media hora) estaba el pueblo de Grafenwohr, adonde solían ir por las tardes, a un bar o a un "Gasthof" (hostal), donde beber cerveza.

El trato con los alemanes, muy bueno, aunque también con algún pequeño altercado. Él mismo tuvo un pequeño roce con un alemán en un "Gasthof". El alemán quería quitarle la conquista que acababa de hacer. Hubo un enfrentamiento entre ellos, del que salió derrotado el alemán que, al retirarse, le chapurreó en mal español: "todos los españoles, ¿toreros, o verdugos?". Dionisio le contestó: "yo, verdugo", haciéndole el gesto de cortarle el cuello.

La jura (él dice que sí fue jura), la hicieron formados, sin armas. Y fue el general Muñoz-Grandes quien pronunció la fórmula. Después, a la pregunta de si lo juraban, todos respondieron "Sí".

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La marcha hacia el frente

Dice que sentó muy mal entre todos el hecho de tener que andar 1.000 km. Cree que fue una decisión de Muñoz-Grandes para reforzar el entrenamiento físico, y para demostrar algo a los alemanes.

De todas formas, las compañías de Transmisiones fueron montados en sus propios vehículos, en los que trasladaban las estaciones y centralitas de radio (en su caso), el material telefónico (los de teléfonos),... No hicieron, por tanto, el recorrido a pie.

Las carreteras estaban casi todas en mal estado, pero no había "rasputitza".

Antes de llegar a Swalki, perdió su tren por quedarse en una estación con una chica alemana del Servicio de Acogida al soldado. Pero también perdieron el tren unos oficiales de su Grupo, por lo que la cosa pasó bastante desapercibida (él dice que el tren esperó a 70 km de donde lo habían perdido, porque habían echado en falta a los oficiales, pero no a él...).

Los de Transmisiones llegaron en tren más lejos de Swalki: a Grodno (ya en Bielorrusia).

Se entera por nosotros de que no todas las unidades hicieron, exactamente el mismo recorrido.

También ratifica, con sus datos que, estando acampados más de un día en la cercanía de la Autovía Minsk-Moscú, vieron pasar una división panzer entera: primero los camiones, después los carros... todo un día.
Piensa que por eso los debieron marcar el itinerario por carreteras y caminos paralelos a la autovía, que dejaron despejada.

Esto me hace pensar, de nuevo, que el mariscal von Bock (jefe del Grupo de Ejércitos del Centro) había pedido unidades mecanizadas o acorazadas, en vez de divisiones convencionales hipomóviles. La razón sería la misma que pensaba el mariscal ruso Zukov (y que ya hemos puesto en el foro): necesitaba poder avanzar más rápidamente para tomar Moscú antes de que les diera tiempo a los rusos a reorganizarse.

Seguramente, por esta razón se reasignó la Blau al Grupo de Ejércitos del Norte.

La compañía de Radio (a la que pertenecía García-Izquierdo) llegó a cruzar la frontera entre Bielorrusia y Rusia, avanzando hasta detenerse a unos 30 km antes de Esmolensko (a unos 10 km del después tristemente célebre "Bosque de Katyn"). Desde ahí, recibió órdenes de retroceder hasta Orsha, y luego dirigirse al N. hasta Vitebsk. Desde allí, seguirían en sus vehículos al nuevo frente.

Precisamente fue allí donde sufrió congelaciones que le tuvieron un mes hospitalizado. Pernoctaban unas 20 personas en una tienda carpa. Pero durante la noche hicieron levantarse a todos menos dos, para algo que él no llegó a saber. Las noches eran ya muy frías (finales de Septiembre), aunque llovió algo algunos días. Al quedarse solo dos en una tienda tan grande, perder el calor humano de los demás, y no estar entrenados ni preparados para el frío, al día siguiente se dio cuenta de que no sentía nada en media cara, y casi no podía mover los labios.

Aguantó un día sin decir nada, a ver si se le pasaba (él ya sospechaba que era congelación). Por fin, se lo dijo al médico de su compañía, Teniente Juan Pablo D´Ors (hijo de Eugenio D´Ors), quien diagnosticó congelación, y encargó al practicante que lo dejara en el hospital de Dno.

El practicante lo olvidó. Dos días después, le ingresaron en un hospital en Shimsk. Era un hospital alemán, pero se pudo hacer entender con su poco alemán aprendido, y la ayuda de un intérprete.

Por esta razón, se incorporó al frente el 8 de noviembre, en Grigorovo, casi un mes después de la entrada en combate de la división, y cuando ya se había cruzado el Volchov.
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Los polacos, durante la marcha

Pasaban por poblaciones, y no sabían distinguir bielorrusos de polacos, o de rusos.

Hablaban con los polacos, con los que se establecía una relación de confianza basada en que tenían las mismas creencias religiosas (mayoritariamente) y que les veían venir con buena voluntad. Entonces Dionisio aún no sabía cómo habían tratado a los polacos los alemanes y los rusos. Por eso no entendía que se viera tanta trsiteza en sus expresiones.

La población estaba formada, casi en su totalidad, por mujeres, niños y ancianos. A los hombres en edad de combatir les habían internado (supongo que a unos, los alemanes, y a los otros, los rusos) para tenerlos controlados.

Los paisanos y ellos se enseñaban mutuamente fotografías, tocaban instrumentos musicales, etc..

No compraron nada a aquella gente. Todo se hizo mediante trueques de comida (huevos, patatas,...).
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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

Gracias Amenofis, y Gonzalo, por incluir la entrevista con mi padre en vuestro Foro. Es para él un honor y una gran satisfacción el que su pequeña aportación sirva para ampliar detalles -los que él vivió- sobre la gesta de la División.

Me permito añadir o aclarar algún punto que mencionas:

- Su pueblo Guadalmez no es de Badajoz, sino de Ciudad Real, aunque está justo donde se juntan, también con Córdoba.
- El desplazamiento en vagones de ganado en Rusia, lo recuerda él en el regreso, ya que en la ida fué en vehículos de transmisiones.
- El altercado -nada grave- con el alemán durante su estancia en Grafenwöhr fue porque un "doiche" quería "meterse" en su recién "conquista" de una "froilana". Vamos, que le mandó a hacer gárgaras.
- Cuando otro "doiche" le preguntó: "En España todos son togegos o vegdugos, ¿cual es tu trabajo?" Mi padre le contestó "¿Yo?... ¡vegdugo!" y se hizo seña en el cuello con el dedo como si se lo cortara. El "doiche" salió corriendo.
-En la jura de Grafenwöhr la respuesta de la tropa fué: "SÍ JURO"
- Después de estar hospitalizado en Schimsk, pasó al de Szolzy -al oeste de Schimsk- y después al de Porchow, al sur de Dno y Gorka.

Un abrazo

Un trabajo muy instructivo e ilustrativo, sobre el divisionario Dionisio García-Izquierdo Sánchez asi como la fotos y descripciones de sus medallas. Felicidades a todos y un fuerte abrazo a ese heroe.

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"Ante Dios nunca seras heroe anonimo" de la Ordenanza del Requete

Hoy mi padre, el divisionario Dionisio García-Izquierdo Sánchez, que sirvió desde el 1 de julio de 1941 a septiembre de 1942 en la Cía. de Radio del Grupo de Transmisiones, cumple 97 años.

Le he comentado que lo reflejaré en el Foro, y me transmite para todos vosotros las gracias por el cariño que mostráis tanto para él como para todos los divisionarios, y las gracias también por el trabajo que dedicáis en recordar a todos aquellos que junto a él tuvieron la suerte de participar en aquella Campaña.
Siempre recuerda que el verdadero mérito es para quienes quedaron allí.
Os manda un abrazo.

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-"A donde lleva esta carretera??"
-"A la gloria" respondió el soldado...

Felicita a tu padre de mi parte, aunque lo haré yo mismo en persona en la próxima ocasión que nos veamos.

Un abrazo igualmente para Dionisio.

Felicíta a tu padre de nuestra parte y le deseamos que pase un feliz día acompañado de sus seres queridos.