En el juicio contradictorio, cada uno diría lo que vio según su conciencia. Y todos los subordinados eran eso: subordinados, sin la responsabilidad (que pesa como una losa) de quien tiene que decidir. Pero yo, que ya tengo unos cuantos añitos, voy a contar las experiencias de mando que he tenido, y que he visto en otros, y me refiero, sobre todo, a empresas, no al Ejército.
La "soledad del mando" no es una frase bonita, ideada por alguien. Es UNA REALIDAD. He visto a muchos segundos criticar vacilaciones o actuaciones aparentemente timoratas en quien manda por encima de ellos, y los he visto también, cuando han llegado a esos mismos puestos, tener actitudes aún más dubitativas y desconcertantes que las que ellos mismos criticaban.
De clientes míos, presidentes ejecutivos o consejeros delegados, he tenido que escuchar más de una vez la frase de: "Te darás cuenta que la decisión que tengo que tomar sobre las alternativas que me propones es muy difícil, sea cual sea". Y mi respuesta: "Lo sé, y me alegro de no estar en tu puesto".
Esto lo han enseñado muchos siglos de historia, y tanto en la vida militar como en la civil, existe esa división de responsabilidad entre quien manda, quien asesora (digamos, en términos militares, el Estado mayor), y quien se encarga de las operaciones. Los perifles son distintos, pero también las circunstancias, y la perspectiva y forma de ver las cosas desde cada puesto, también es diferente.
Las decisiones difíciles -podríamos llamar estratégicas, aunque no es el caso- las tomó el coronel Moscardó sólo, seguramente después de escuchar a sus subordinados inmediatos. Porque la responsabilidad de tomarlas era sólo suya.
Y es difícil tomar decisiones cuando la vida de miles de personas, en su mayoría civiles, depende de lo que él decida. Y la decisión de no rendir el Alcázar ante el chantaje rojo de matar a su hijo, estoy seguro que no la tomó el comandante Villalba.
En la misma línea, ¿cuántas veces se ha criticado al Caudillo por no seguir la ofensiva en Cataluña, después de la batalla de Teruel?. Es muy fácil hacerlo, cuando no se tiene la responsabilidad del mando.
Desde luego, el comandante Villalba era un hombre de acción, y por eso actuó muy bien como lo que era: un mando superior operativo (como lo siguen siendo en la actualidad los Ttes coroneles y los comandantes). ¿Cómo habría actuado de ser el máximo responsable de la defensa del Alcázar?. No lo sé, pero me atrevo a decir que, con seguridad, no habría sido tan vehemente.
Nuestra actuación viene condicionada por nuestra herencia genética, y por las circunstancias. Ya lo dijo Ortega y Gasset.
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