Hace algun tiempo, en el Blau Division se publicó (firmada por A. Campello) esta necrológica de un gran divisionario, gran falangista y gran legionario. Creo que os interesará.
El Teniente Caballero Legionario Gabriel: Divisionario y Legionario
La revista “La Legión”, órgano de expresión de la Legión Española, en su número 484 (julio-septiembre de 2003) informa de la muerte, a sus 85 años, de Gabriel Díaz Sánchez. Reconozco que no sabía nada de este personaje, pero la revista da una amplia información sobre él. Nacido en 1918, ingresó con 19 años en el Ejército, en plena Guerra Civil, combatiendo en el sector de Villareal, frente del Ebro, frente catalán y frente de Toledo. Se alistó con la División Azul y en la campaña rusa recibió tres heridas de guerra. De vuelta a España, decidió regresar a la vida militar y en 1947 firmó el enganche en la Legión, donde ascendió sucesivamente dentro de la Escala Legionaria: Sargento en 1955, Teniente en 1967. Mientras, sacó adelante una numerosa familia, de 11 hijos. El año 1971 le llegó el retiro, pero nunca pudo romper su vinculación con el Tercio. Desde su fundación estaba vinculado con la revista “La Legión”, y con ella siguió colaborando pese a la situación de retiro. Como Secretario de Redacción y después Redactor Jefe, fue el auténtico alma de la revista legionaria, de la que finalmente fue nombrado Director Honorífico. Apasionado por la historia militar, fue colaborador de la magnífica colección en fascículos de “España en sus Héroes” y también del libro “La Legión, 50 años de Historia”, editado por la Subinspección de la Legión con motivo del 50º Aniversario de este glorioso cuerpo. La redacción de la revista le dedicaba un emocionado recuerdo y dibujaba su semblanza, de la cual he extraído todos los datos que aquí aporto. Pero en la sección de Cartas a la revista, aparecía también una, firmada por Heliodoro Temprano F.-Figuerola, en homenaje al “Teniente Gabriel”, donde se subrayaban sus convicciones falangistas y que no me resisto a transcribir: “Ahora ya puedes descansar. Las aguas del Ebro y del Wolchow que sintieron tus conmociones juveniles rinden hoy su homenaje ‘al paso alegre de la paz’, en el pequeño Manzanares, en cuya ribera esperas ‘arma al brazo y en lo alto las estrellas’, la resurrección de los muertos. Alguien, sobre el blanco y limpio mármol de lápida que cubre tus restos de viejo soldado de la Infantería Española y bajo el irrepetible nombre de Teniente Caballero Legionario Gabriel, debería grabar las más claras y sencillas palabras a modo de ejemplar epitafio. Algo que hablara al mundo de la reciedumbre de España, de la firmeza de tu conducta, de la aspereza de la tierra, de la soledad de la oración y de la eternidad de la memoria. Yo me limitaré a depositar con emoción las cinco rosas que tantas veces te llevaron a la victoria. Será al alba e irán perladas por las gotas de rocío de tu nuevo amanecer”. Por cierto, en la misma página aparece la carta que desde Río de Janeiro (Brasil), remite José Mª Villar Fernández, menor de edad cuando en 1936 se alistó en la Legión y que después estuvo también en la División Azul. Adjunta su foto, donde vemos sus condecoraciones de nuestra Guerra Civil, de la campaña de Rusia, y las recibidas por su servicio en el África Occidental española. La carta de Villar es un emocionado recuerdo a los caídos: “...fueron muchos los hermanos caídos a mi lado en los cuarenta y dos meses en las dos contiendas en que participé. En fin, recordar es vivir”.
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Con mi canción la gloria va, que en Rusia están los camaradas de mi División... ...
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