Como muy bien dice MORTADELA la misa por el alma de nuestro camarada fue muy emotiva.
Gracias a Raul, otro de los miembros albaceteños del foro he recibido el texto de lo que dijo la hija en el funeral. Creo que os gustará leerlo:
Gracias a todos, amigos y familiares, por haber venido y poder acompañarnos en estos momentos de duelo y de separación. Papá, Hace unos meses, después de haberme hablado unas horas, me pediste que escribiera algo sobre ti. Una labor difícil no solo por miedo a omitir eventos importantes de tu vida, si no por miedo a decir algo que provoque heridas. Desde muy temprana edad, empezaste a trabajar a tus 14 años, con el objetivo de ayudar a tus padres. Me contabas que no pudiste acceder a tus deseos y sueños ni en tu infancia ni en tu adolescencia. El sentido del deber y de la obligación sobrepasó la inocencia y la ingenuidad justa y necesaria que tú necesitabas.
Algunos años después, a tus 20 años te fuiste como voluntario a Rusia con la División Azul, sabiendo que el invierno sería uno de tus enemigos… Un viaje que te permitió reforzar tus creencias y tus valores ideológicos, con dureza, para soportar, yo pienso, la culpabilidad de haber sobrevivido frente a tantos otros divisionarios que no volvieron y que murieron a tu lado. De hecho no podemos olvidar tu última recompensa y distinción que obtuviste en enero de 2014 por la hermandad nacional de la división azul con una medalla en su septuagésimo aniversario.
Volviendo a tu historia, a tus 24 años te incorporas como técnico en Maestranza, Ejercito del Aire, donde recibirás en 1984 en atención a tus méritos la cruz del mérito aeronáutico con distintivo blanco. En 1954 decides casarte con Mamá y fundar una familia con 6 hijos y atraviesas con resignación dificultades serias por la salud de mama y la muerte de tu hijo Antonio. Tú entrega al trabajo, a tu patria y a tu familia van a marcar el estilo de tu vida. En tiempos libres, por supuesto, no olvidaremos una radio encendida, un partido del Real Madrid retransmitido (cuando no podías ir) y un “calla” porque las noticias eran tu principal pasión.
Papa, como buen trabajador, nos has transmitidos la ley del esfuerzo y de las obligaciones. Estar puntual y no faltar eran tus grandes preocupaciones. Papa, como marido, después del accidente de Mamá en 1985 seguiste asumiendo la responsabilidad de tus hijos. Hoy sabes mejor que nunca que ser padre y madre no es nada fácil, y que cada uno hace lo que puede con lo que es. Papa, como padre, has defendido y transmitido por encima de todo ( y no siempre de la mejor manera) tus ideas y pensamientos. Para mí, eres una roca difícil de pulir que esconde un corazón inmenso
Hoy, Papá, puedes estar orgulloso, de todos tus hijos y de tus nietos, porque gracias a ti hemos podido crecer con aquello que nos has dado e intentaremos guardar de ti la fe y la fuerza para defender nuestros valores. Estos últimos meses has llevado con mucha dignidad y coraje tu enfermedad y hemos podido ver como esa roca se deja pulir y transformar por medio de la aceptación, ofreciéndonos la posibilidad de decirte adiós felizmente. Guardaremos en nuestra memoria esas últimas sonrisas que trasmitían tu cariño y tu deseo de permanecer junto a mamá. Papa, gracias por tu fuerza y tus últimas sonrisas. Te queremos
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