Antonio nació en Albacete el 21 de enero de 1921.
Hijo de ferroviario, fue el primero de cuatro hermanos. Cursó estudios primarios. En el año 38, cuando tenía 17 años entró a trabajar en Aviación, en La Maestranza Aérea de Albacete. Allí estuvo hasta los 65 años, cuando se jubiló con el grado de Maestro Jefe.
Con 15 años vivió los horrores de la guerra civil en Albacete, presenció numerosas sacas y fusilamientos en las tapias del cementerio y comenzó a sentir una gran admiración y pasión por la figura de José Antonio. Él decía que era Falangista, pero falangista Joseantoniano, de nadie más. Lo fue toda su vida. Se afilió a Falange cuando terminó la guerra y participó en el traslado de los restos de José Antonio a su paso por Albacete.
Los motivos que le llevaron a alistarse a la División: sus ideas anticomunistas, y en segundo lugar, las Brigadas Internacionales: “que aquella gente, que vino un día a pisotearnos, a ridiculizarnos, incluso a avasallar… aquello a mí me hervía la sangre, por eso al grito de Rusia es culpable no me lo pensé dos veces”.
Partió de Albacete de los primeros, el 2 de julio de 1941 hacia Valencia. Allí estuvo hasta el día 13 y recordaba haber cruzado la frontera el día 16 de julio. Primero fue destinado a Antitanques del 262, comentaba haber estado en Nóvgorod, en la misma ciudad, no llegando a entrar en combate. Al poco tiempo, pasó al Batallón de Transportes, a una Compañía.
“…. Y con los camiones… pues hubo momentos muy duros… cuando la batalla de los Cuarteles... nos llamaron a los camiones, fuimos al Cuartel General, cargamos allí el camión hasta los topes, todos eran del SEU, toda la juventud de Madrid, el que más tenía, tenía 22 años, criaturas; los llevamos allí de noche… Pues, de aquellos que llevamos, en total unos 500, posiblemente no quedaron ni cuarenta... ”
Comentaba que su compañía siempre estuvo en el mismo sitio, que él no se trasladó al frente de Leningrado, pero recordaba haber estado "llevando tropas sin parar” el 10 de febrero del 43 hacia Krasny Bor.
Estuvo 22 meses en Rusia, volviendo en abril de 1943; llego a Albacete el Domingo de Ramos.
Tenía muy buen recuerdo del pueblo ruso. Y también de los alemanes, él decía que con los que trató eran buena gente. Decía que Alemania era un pueblo trabajador y cumplidor.
Lo peor del tiempo que estuvo allí… los dos inviernos tan duros… el frio… sus compañeros que quedaron allí para siempre; su mejores momentos… la llegada del correo al frente, los aguinaldos… esas botellas de coñac que venían de Zaragoza… Guardaba entre sus pertenencias otra navaja del aguinaldo de Albacete, posiblemente la más bonita que haya visto. Y presidiendo el salón de su casa la Orla de los divisionarios de la capital de Albacete.
Antonio se casó en 1954 y tuvo seis hijos, uno de ellos murió. Tras 33 años de feliz matrimonio quedó viudo en 1985. “Me casé tarde, pero acertado” comentaba, mostrando una foto de una mujer bellísima. Vivía solo, aunque muy cerca de sus hijos y rodeado de nietos, se valía por sí mismo; le encantaba la lectura (se enorgullecía de su biblioteca divisionaria), los programas de debate de televisión, opinaba de todo lo referente a la política actual. Era un hombre muy culto. Religioso y Falangista hasta el final. Era un señor.
Hay muchas anécdotas guardadas en las grabaciones que tengo de él, ya las iré buscando.
Antonio Lacasa
Antonio, primero de la derecha
Saludos.