A instancias de Gonzalo y como quiera que en un mensaje a cuenta del fallecimiento de mi abuela Josefina Omaechevarría en el que aparezco en una foto con ella cantando canciones carlistas y llevando mi boina roja hice alusión a este tema, querría introducir este hilo por si la gente quiere aportar información y ofrecer su opinión en su caso.
Los antecedentes son conocidos. En plena Guerra Civil el Gobierno nacional dictó el Decreto nº 255 disponiendo que Falange Española y Requetés se integrasen bajo la Jefatura de S.E. el Jefe del Estado en una sola entidad política, de carácter nacional, denominada «Falange Española Tradicionalista de las JONS», quedando disueltas las demás organizaciones y partidos políticos. Dicho Decreto fue publicado en el BOE del 20 abril de 1937. Esta forzada y forzosa unificación que abarcaba a todos los partidos del bando nacional, se produjo a consecuencia de la situación bélica del momento, de la intervención de Serrano Súñer y contando con el apoyo de muchos de los militares alzados. Hay que decir que no sorprendió a los principales partidos afectados, la Comunión Tradicionalista Carlista y Falange Española de las JONS. Es evidente que Falange, con sus fundadores muertos quedó supeditada definitivamente al Régimen y a su Caudillo. El Carlismo también que tuvo que “tragar” con el Decreto a regañadientes con su rey muerto también meses antes en un desgraciado accidente… Hubo carlistas y falangistas irreductibles que no aceptaron la Unificación y que se quejan de ella y de sus consecuencias y critican a Franco por "haberles engañado"..., ya que en su Régimen ni los postulados de unos ni de los otros pudieron ponerse totalmente en práctica. Sin embargo habría que recordarles que si es verdad que sus programas no se consiguieron por completo, en cambio algunos de sus aspectos fueron promovidos e instaurados por el Régimen que no hay que olvidar tuvo que satisfacer los intereses de todas las fuerzas que apoyaron la sublevación del 36. Considero que los más perdedores fueron los falangistas a pesar de que los carlistas irredentos se quejen más... Yo no voy ahora a hacer una loa de la Unificación...; creo que fue dolorosamente necesaria para los afectados y que los intereses de España primaron en los que la urdieron y la aceptaron con mayor o menor entusiasmo...
En cualquier caso, y a los efectos que nos ocupan, cuatro años más tarde, con la Unificación aún latente, surge la División Azul. En otros apartados de este Foro se alude tangencialmente al asunto y a las particularidades del Partido unificado que habitualmente es identificado por los contemporáneos, e incluso por historiadores, como “la Falange”, cuando en realidad y en puridad, era el partido único y unificado. ¿En qué y cómo afectó la Unificación política a la División Azul? ¿Cómo se vivió en su seno? Las tensiones más conocidas son las producidas entre el Ejército y la Falange dominadora del Partido Único pero, ¿hubo tensiones dentro de la División con lo que quedaba vivo del Carlismo?; la efervescencia política entre los jerarcas y no tan jerarcas de la Falange que se alistaron era muy alta; ¿qué pasó cuando los falangistas toman contacto con el Estado alemán?; ¿qué ocurrió con la revolución nacionalsindicalista?...
Aquí hablo de Carlismo y de Falange considerando, hasta donde se puede considerar, su supervivencia al margen o sin perjuicio de la Unificación que supuso, en puridad, la desaparición oficial de sus respectivos Partidos políticos, CTC y FE-JONS, por la fusión decretada por la Unificación de 1937.
Y antes de nada creo que también es necesario advertir que la politización de los voluntarios de la División Azul era dispar predominando, a mi entender, una gran masa -también entre los afiliados a FET-JONS-, con escasa formación política y con poca consciencia sobre la trascendencia de la Unificación respecto de los intereses propios de los partidos unificados. Contaba el Caudillo y Franco, más que Falange o el Carlismo y en mucha menor medida más que la fenecida CEDA –cuyas juventudes, las de Acción Popular, estaban semidesintegradas al comienzo de la guerra ya que muchos de sus afiliados se estaban pasando a la CTC y a FE-JONS- y que otros de los antiguos partidos menores alzados contra el Frente Popular, caso del Partido Renovación Española integrado en Falange, si no me equivoco, antes ya de la Unificación. Pero junto a esa masa, hay, en especial entre los divisionarios miembros del SEU y jerarcas del Partido, un núcleo duro de voluntarios con una percepción plena y rotunda sobre la carga política que entrañaba la campaña de Rusia en orden a materializar en España la revolución nacionalsindicalista.
Desde el punto de vista carlista una primera cosa clara es que el uniforme de los voluntarios era una mezcolanza en el que se refleja la simbología del Partido Unificado, la camisa azul mahón de Falange y la boina roja del Requeté. Habrá quien piense que hubiera sido más ajustado a la realidad del momento suprimir esa boina roja y poner un gorrillo azul de Falange, y otros, y tampoco no sin razón, acaso consideren que lo más propio era haber portado un gorrillo cuartelero del ejército y punto… Pero el uniforme fue el que fue…
Y otra cosa clara es que hay que reconocer que dicha boina roja tuvo escasa virtualidad en cuanto a expresar la participación del carlismo en la empresa. Es un hecho histórico la desvinculación corporativa del carlismo respecto de la División Azul por claros motivos políticos. Yo así lo considero aunque haya habido un historiador, José Mª García Escudero, que considera que el Carlismo se apartó de la División Azul por una motivación religiosa ya que según dice este autor percibía que con esta Unidad de voluntarios se estaba ayudando al anticristiano régimen nacionalsocialista alemán. Considero que la afirmación de García Escudero no es más que especulativa y que la raíz de ese apartamiento generalizado del carlismo se debe al desacuerdo que existía al respecto en el seno de la Comunión –no hay que olvidar que entre sus militantes había una fuerte corriente aliadófila empezando por el pretendiente-, y, claramente, porque sus autoridades, con Manuel Fal Conde a la cabeza, recelaban políticamente de una Unidad militar dominada por la Falange. Pero a título individual, digamos, hubo un notable porcentaje de divisionarios de origen carlista, la mayoría, entiendo yo, son de los que habían aceptado la unificación con mayor o menor consciencia de su trascendencia, aunque los hubo también nada partidarios del Partido Único ni del Régimen. Su anticomunismo primó sobre cualquier otra consideración política a la hora de alistarse.
Desde el punto de vista más puramente falangista está claro que la División Azul suponía una oportunidad, una verdadera “cabeza de puente” para hacer en España la revolución que había quedado pendiente en la Guerra Civil. Parece claro que la Unificación de 1937 no fue del gusto de todos y reconozco que no lo fue entre muchos de los más genuinos divisionarios de raigambre falangista... En la División Azul los efectos de la Unificación son claramente visibles en el uniforme de los voluntarios y en cuanto a sus connotaciones negativas quedaron en segundo plano ya que Falange –la parte falangista dominadora del Partido único- creo yo que fue quien dominó la formación de la Unidad en cuanto al espíritu, simbología y demás. Me consta que en alguna unidad divisionaria, en Grafenwöhr concretamente, surgió algún choque entre carlistas y falangistas aunque en mucha menor medida que entre éstos y determinados mandos militares.
Pongamos caras y ejemplos concretos. José Mª Gutiérrez del Castillo, en ese momento Secretario Nacional del SEU, fue de los primeros en alistarse. Sirvió hasta julio de 1942 en el Gr. de Sanidad en la 1ª Sección de Autoambulancias. Fue de los divisionarios que participaron en el Congreso de Estudiantes Europeos celebrado en Dresden en abril de 1942. Falangista puro desde abril de 1937 fue ferviente partidario de la Unificación y su trayectoria posterior al servicio del Régimen en puestos vinculados a instituciones del Movimiento y como Procurador en Cortes lo avalan. En la época de la División Azul tal y como lo refleja su Diario personal, su visión política es profundamente falangista y su participación en la campaña es por España y la Falange. Él lucha contra el Comunismo por la Falange; por una Falange unificada y dominadora del Partido Único. Él sería un ejemplo personal de un divisionario falangista identificado con la Unificación y con el Régimen. Insisto, en su vida posterior se mantuvo firme en estos ideales y en su lealtad a Franco.
También es verdad que entre el reducido porcentaje de falangistas antifranquistas que no se sometieron al Decreto de Unificación ni a sus consecuencias durante los 40 años de Dictadura -y sin perjuicio de que otros falangistas trabajasen por el nacionalsindicalismo desde el interior del Régimen en diferentes instituciones del Movimiento-, no es raro encontrar a veteranos de la División Azul que han tratado de hacer la revolución pendiente extramuros del Régimen franquista.
Bueno las anteriores no son más que pinceladas que abren un tema un poco vidrioso, muy amplio y con muchas ramificaciones. Pero bueno, queda planteado por si acaso obtenemos más luces entre todos.
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